EN LA PLAZA En la plaza calentada por el sol una chica se ha puesto a bailar; da vueltas y vueltas, parecida a las bailarinas de las cajas de música. En la ciudad hace demasiado calor, hombres y mujeres están amodorrados y miran por la ventana a esa chica que baila a mediodía. Del mismo modo algunos días aparece una llama ante nuestros ojos; en la iglesia donde yo iba se la llamaba el Buen Dios; el enamorado la llama amor; el mendigo, la caridad; el sol la llama el día y el hombre bueno, la bondad.