Crónica de un congreso presencial en la era del coronavirus

 El IV Congreso Internacional Autores en busca de Autor, celebrado en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense los pasados jueves y viernes ha estado marcado, pero no neutralizado por el covid. Ponentes y público con mascarillas, distancias… pero se han podido escuchar, presencialmente, 17 ponencias y comunicaciones y, virtualmente, cuatro. Era una apuesta arriesgada, pero ha valido la pena mantener vivo un congreso que ininterrumpidamente se ha venido convocando desde 2017 y por el que ya han desfilado 75 investigadores y autores de 31 universidades de diez países que han presentado 120 ponencias sobre 102 autores de 14 lenguas diferentes.

Lo más destacable de los congresos es su universalidad, y no tanto porque haya habido ponentes de diez países sino más bien por la enorme variedad de géneros, autores, lenguas y perspectivas. Se pone de manifiesto que los autores contemporáneos, pese al creciente secularismo, no han dejado de manifestar en sus obras el hecho irrenunciable de la búsqueda de sentido y de la necesidad por preguntarse por el Hacedor del mundo. De modo explícito o implícito, con metáforas nuevas o símbolos renovados, en personajes y tramas, de modo afectuoso o crítico: de mil modos y maneras se hace presente Dios, quizás incluso con más sinceridad que en otras épocas en que el peso de la tradición, también literaria, era más fuerte. La llamada posmodernidad, fruto del agotamiento de relatos, abre perspectivas en que se atenúan o incluso desaparecen mutuas hostilidades entre creyentes y no creyentes.

La apuesta por una religiosidad sincera en Galdós, las respuestas que poetas contemporáneos dan a la pregunta ¿Dónde está Dios?, la reivindicación de un hombre nuevo de Cortázar, el sentido trascendente de Buero Vallejo o el sincretismo religioso en algunas zonas de México han sido algunas de las propuestas del foro.

El IV congreso ha incorporado una iniciativa interesante para el diálogo entre religión y modernidad. Se trata de un panel de ponencias denominado Newman-Stein, que hermana al recién canonizado John Henry Newman y a la copatrona de Europa Edith Stein. Pensadores, escritores, atados a su conciencia, Newman y Stein, desde sus ámbitos anglosajón y germánico pueden simbolizar esa búsqueda de Dios que no abdica de la razón y que, por tanto, faculta un diálogo fecundo entre creyentes y no creyentes, sin estigmas ni etiquetas y con apertura a las ideas que pueden compartirse o al menos intentar comprenderse. Los encargados de inaugurar el evento Newman y Stein han sido los doctores Javier Fernández Vallina y Rafael Ruiz Andrés, que por su pertenencia al Instituto de Ciencia de las Religiones de la Complutense están acostumbrados a tender puentes entre las confesiones religiosas y entre estas y las doctrinas más o menos laicas. Rosario Paniagua, por su parte, de la Universidad de Comillas, realizó un panegírico apasionado de Edith Stein, una pensadora por descubrir y que reúne en su persona características de gran riqueza: judía, conversa, carmelita, filósofa, teóloga, trabajadora por la paz, penetradora en el alma femenina, etcétera.

                Autores españoles como José María Merino, Luis Artigue y David Pujante o de otros países como Andersen, Papini o Tolkien han desfilado por el paraninfo de la Facultad complutense; cuyos trabajos podrán visionarse en breve en el canal de youtube del proyecto. Han sido más los autores foráneos que hispánicos, pues también se han ofrecido análisis sobre la presencia de Dios en William Blake, Evelyn Waugh o Countee Cullen. Especial ha sido el análisis que, en directo desde Estados Unidos, el profesor Robert Simon, de Kennesaw State University, ha exhibido sobre la poeta española Izara Batres. El Galdós de Torquemada y el novelista Jesús Torbado han sido abordados en sendas ponencias.

                El agradecimiento a la Universidad Complutense, que ha concedido una ayuda económica para organizar el congreso; al decano de Filología, Eugenio Luján, por su apoyo constante; a Fernando Amérigo, director del Instituto de Ciencias de las Religiones, por su patrocinio; a Esther Borrego, directora del Departamento de Literaturas Hispánicas y Bibliografía, que también ha financiado el congreso; a Yolanda Ulloa por haber puesto el broche de oro al congreso por su dramatización poética; a CEU Ediciones, por editar el primer libro del proyecto: Autores en busca del Autor; a la conserjería y servicios informáticos de la Facultad de Filología de la Complutense; a la empresa Tirabeque producciones, por grabar el congreso; a los asistentes al congreso; a PDLC y su comité organizador… a todos los ponentes y comunicantes.
































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