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Poesía del logos

Diego Farto
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María Antonia García de León alcanza su décimo libro de poesía en diez años, los transcurridos desde su jubilación como profesora de la Facultad de Sociología de la Universidad Complutense.

María Antonia García de León. - Foto: LT
¿Por qué ese título, Mal de altura?
Es una metáfora de la vida. Todos sufrimos mal de altura. La vida mezcla duelos, alegrías, pequeñas enfermedades. La vida es un extraño argumento, donde cabe todo.
¿Qué preocupaciones muesta en su poesía con este libro?
Mis libros son obras alegres y a la vez se podrían llamar confesiones poéticas, confesiones de la existencia, en las que puedo decir «me gusta el cine», como otros poemas dedicados a María Zambrano, a la cultura, la naturaleza, las mujeres, que siempre son una constante en mi obra... En el libro he escrito: «Escribir poesía no es una ambición mía. Es una forma de vivir». Al final, donde está la vida nace un poema. La gente se piensa que la poesía es llorar o la poesía erótica y en cambio a mí me gusta mucho Jorge Luis Borges, al que llaman el poeta-filósofo, porque la poesía no está, en absoluto, reñida con las ideas. El logos tiene también su erotismo, el de las ideas, que es más duradero que el erotismo de la cama. Me gusta sentirme poeta del logos.
¿Que tiempo de gestación tuvo este libro?
Un poquito largo, como un embarazo, lo que pasa es que hasta que se edita, se revisa, se hace la portada, lleva un tiempo. La portada es de una artista alemana, Gudrun Ewert; le mandé un escrito y me contestó encantada. Le envíe el poemario a Valdemorillo (Madrid), que es donde tiene el estudio y pintó esta obra que está pensada para este libro.
¿Qué balance hace de sus diez años de dedicación a la poesía?
Para mí estos años han sido la década prodigiosa, además estoy preparando una selección de poemas de esta década. El próximo libro será eso, esa antología. La poesía ha sido mi psicoanalista; me ha dado el encuentro con un lenguaje que permite decirlo todo, sacar a la escritura la más recóndita duda, angustia, luz... Es, sin duda, un hecho prodigioso.
La poesía pasa por un buen momento, con mucha creación, pero al mismo tiempo no hay ninguna escuela que marque una línea mayoritaria, ¿a qué cree que se debe?
Creo que hoy no hay nadie que se dedique a una sola escuela dominante. Hay tanta potencia tecnológica e informativa que puedes acceder a todo. El factor dominante es la mezcla, el mestizaje. Hoy no se puede decir «eres un poeta de lo que sea», no. La gente no tiene un estilo fijo, las redes sociales están al frente de todo eso, te llega una cosa por internet y quieres probar a hacerlo tu.
¿Cómo es ese proyecto recopilatorio para el decimoprimer libro de poemas?
Es una reflexión sobre la propia obra, hay poemas sobre los que hay tres versiones y se trata de dejar lo que es ya una versión canónica. Estoy trabajando en ello y lo tengo prácticamente concluido.
¿Quién le acompaña en esta presentación?
Este libro lo he presentado en varios sitios y ahora, el 22 de agosto, lo presento en Torralba de Calatrava, una jornada en la que el Ayuntamiento ha creado el Día de la Poesía. Me acompaña Francisco Caro, de Piedrabuena; Cristina Galán, de Valdepeñas; Isabel Villalta, de Manzanares y otros poetas del grupo Guadiana. Será una buena noche en el Patio de Comedias.

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