Pablo Rodríguez-Osorio lee poemas en un acto en homenaje a San Juan de Ávila


 Pablo Rodríguez-Osorio, profesor titular de Filología Francesa de la Universidad de Castilla-La Mancha y miembro del comité científico del Congreso Dios en la Literatura Contemporánea ha participado en un acto en homenaje a San Juan de Ávila leyendo algunos de sus muchos poemas de tema religioso. Desde el proyecto le felicitamos por ello.




He aquí los sonetos:



        YA ESTÁS EN EL SITIAL

Ya estás en el sitial de los doctores,
de aquellos grandes santos que escribieron
sobre asuntos de Dios y se sintieron
de su palabra y obra servidores.

Humilde y docto Juan, pues tus amores
Creador y Criatura siempre fueron
juntamente los dos te descubrieron
cuán dulces del Amor son los sabores.

Amaste con pasión y amaste tanto
que de Amor te nutriste, dulce santo.
¡Viviste tan sencillo, con tan poco!

De solo Amor es fruto tu escritura:
al hombre, a quien quisiste con locura,
a Dios, a quien quisiste como un loco.
       


     DULCEMENTE AL AMOR

Dulcemente al amor la cruz me llama
y al pleno amor me invita la figura
clavada sobre ella, la dulzura
del Amor que, sufriendo, amor reclama.

Está clavada en ella porque me ama
como se ama al amado, sin mesura,
con una gran pasión hecha locura
que quema mis entrañas con su flama.

Mirándote, Señor, todo me invita
al amor hacia ti, en la madera
colgado por mi amor; si yo te amara

como me amas Tú a mi… Que sea maldita
mi mano y que mi lengua, toda, entera,
se pegue al paladar si te olvidara.

                  
          POR EL AMOR A DIOS

Por el amor a Dios al hombre amaste,
y sentiste al hacerlo que encendida
por ascuas de su amor quedó tu vida
y en su amoroso fuego te abrasaste.

Te diste enteramente, te entregaste
de tal manera a Él que malherida
quedó tu intensa llama, consumida
por tanto amor que al hombre dispensaste.

Bendito y pobre Juan. ¡Qué pequeñuelo
te hiciste ante los tuyos! Tu pobreza
enriqueció tu vida luminosa.

Tu llama sigue siendo un gran consuelo
porque si acecha al alma la tristeza
presta está a iluminarla, generosa.



                      MAESTRO EN LA HUMILDAD

Maestro en la humildad, todo tu empeño
en ser pobre y sencillo lo has logrado;
no queriendo ser nada has indicado
el camino hacia Dios siendo pequeño.

Pues siendo tú su siervo y Él tu dueño
a alabarlo en tus obras te has prestado,
y con tu vida santa has demostrado
que la nuestra sin Dios es sólo un sueño.

Tu doctrina ejemplar, tu magisterio,
almodoveño ilustre, han distinguido
tu sien con el laurel de la victoria.

Tus libros, tu oración, tu ministerio
de maestro a doctor te han ascendido:
eres de España y de la Iglesia gloria.

                  

            Pablo Rodríguez-Osorio

Comentarios