Aleteia (15 de marzo de 2023)

 

El asunto es la búsqueda

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Alvaro Real - publicado el 15/03/23

Grandes escritores del panorama internacional buscaron a Dios. ¿Cómo aparece Dios en la literatura contemporánea?

En una maravillosa entrevista publicada estos días en Perfil, Jorge Fontevecchia le pregunta al Papa Francisco: «¿Es pecado ser ateo y puede ir un buen ateo al paraíso?»

La respuesta del Papa resulta del todo interesante: «Un ateo que busca sinceramente no está afuera, está caminando, está buscando sinceramente sentido a la vida, por no decir Dios, está buscando. El asunto es la búsqueda. Y un cristiano que no busca es un estancado».

Esa búsqueda es el “leitmotiv” del libro “Autores en busca del autor” Volumen II que acaba de publicar Ediciones CEU y en el que se muestra precisamente el recorrido de grandes autores de la literatura en su búsqueda de respuestas. Autores como Edgar Allan PoeKazuo IshiguroDaniel Cotta, Cormac McCarthy, C.S.LewisFlannery O`ConnorFranz KafkaJoseph Roth, Azorín y Fabrice Hadjadj, entre otros.

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Una obra que nos permite ver la presencia implícita y explícita de Dios en la literatura contemporánea. Autores de diversas lenguas y géneros que muestran la importancia de la búsqueda de Dios en el arte literario. Obras que, como explican los editores, reflejan el «inmarcesible afán del hombre por conocer las múltiples y variadas formas en las que el Misterio se encarna en la vida de los hombres».

El libro nos muestra distintas búsquedas, todas ellas núcleo fundamental de la literatura, e incluso la experiencia vital de cada autor. 

En la literatura de Edgar Allan Poe tiene gran importancia la Biblia, sus símbolos como fuente de inspiración. «The Masque of the Red Death» y su relación con el Apocalipsis de San Juan lo muestran claramente. Qué decir del santo Job, que tantas obras literarias ha inspirado. Cinco autores que beben de esta fuente: Kafka, Roth, Azorín, Savater y Hadjadj. 

Especial relación de Dios y el autor puede verse en dos creyentes C.S.Lewis y Flannery O’Connor con una importante tensión narrativa-vital con el Creador. La escritora sureña escribiría en sus diarios: «Oh, Dios mío, quiero escribir una novela, una buena novela. Quiero hacer esto por un buen sentimiento y por uno malo. El anuncio es el más alto. Los psicólogos dicen que el otro es el natural. Déjame alejarme, querido Dios, de todas las cosas tan naturales. Ayúdame a obtener lo que es más que natural en mi trabajo, ayúdame a amar y soportar mi trabajo por ese motivo. Si tengo que sudar por ello, amado Dios, que sea en Tu servicio”. Y sudó, sufrió mucho por su enfermedad. ¿Fue la respuesta de Dios a su súplica?

El cristianismo crítico de Heinrch Boll o la visión del androide de Kazuo Ishiguro son dos maneras muy distintas de acercarse a las preguntas últimas. La piedad será la respuesta que ofrece Cormac McCarthy en «No es país para viejos»: toda una búsqueda de comprensión del mundo y de sí mismo por parte del protagonista principal.

La poesía no podía quedar fuera de esta búsqueda: Francisco Garfias y Daniel Cotta son grandes ejemplos. A través de ellos, los editores van acompañándonos para disfrutar de distintas maneras de mostrar la belleza de la Creación y lo angustioso de la poesía social. También se muestra esta búsqueda con los poemas religiosos de 38 poetas españoles que Leopoldo de Luis publicaría en su antología «Poesía religiosa».

Pero me gustaría hacer una advertencia que deben saber antes de empezar a leerlo. Quien quiera encontrar respuestas en este libro está equivocado. Es un libro que muestra caminos de búsqueda. El objetivo es estar siempre en movimiento, siempre buscando. Cuando Papa Francisco terminaba la respuesta al periodista argentino dejaba una reflexión que lo explica gráficamente: «No olvidemos que el agua estancada es la primera que se corrompe, y cuando un cristiano se estanca, ¡qué podredumbre hay!»

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