Satisfacción en la II Cátedra del Diálogo y la Búsqueda en el CITES de Ávila




Dios en la poesía actual. En qué creen los que no creen. Dios en Flannery O’Connor. Recital de poesía. Dios y la literatura del absurdo: Kafka, Camus, Ionesco, Beckett... El arte como instrumento de la Palabra

Dios está presente en la poesía contemporánea. El hombre es un ser en busca de sentido y necesita a Dios. El hombre no puede darse sentido a sí mismo, pues es dependiente, mortal y contingente. La poesía lírica, al ser escasamente venal, es más proclive a la sinceridad. Por ello Dios aflora más en ella, o de un modo más explícito que en otros géneros literarios.

En la poesía de los países de tradición cristiana el Dios que suele aparecer es el cristiano, único que, por la encarnación del Hijo en Jesucristo, permite el tuteo. El Dios cristiano habla la lengua de los hombres porque también es hombre. De modo que las posibilidades de comunicación entre Dios y el hombre son infinitas.

Los poetas encuentran a Dios en todos los espacios de la naturaleza, de la ciudad, del hogar, del hombre y la mujer, de la vida social, en Jesús de Nazaret.

Hay que tomar en serio la poesía porque el lenguaje poético, literario, llega más lejos que el lenguaje lógico o el matemático. Jesús empleó parábolas, metáforas y símbolos, no argumentos filosóficos. Lo cual demuestra que la metáfora y el símbolo llegan más lejos en el conocimiento de Dios y aun del hombre.

La poesía alimenta la noción de misterio, la penetración en el misterio. En una cultura narcisista, ahíta de algoritmos y pulsiones sensoriales, es urgente que el hombre, capaz de Dios, busque y saboree las cosas de arriba. No solo de pan vive el hombre: necesita la palabra de Dios y la del hombre: la poesía.

Hay una gran ignorancia religiosa, por lo que es difícil discernir entre creer y no creer, entre en quién se cree y en quién no se cree. Nadie no puede no creer. La cuestión es saber en qué o en quién se cree. Las prospectivas sociológicas no vaticinan una disminución global de la creencia en Dios. Sí auguran una nivelación entre cristianos y musulmanes.

Flannery O’Connor, mujer, católica, sureña y de un ámbito rural logró hacer sonar su escritura literaria en Estados Unidos y más allá. Su conciencia de instrumento de Dios y su tenacidad lograron el milagro.

El poeta es una suerte de médium a través del cual Dios y un sentido trascendente logran manifestarse en palabras y elevar la mirada del hombre hacia lo alto.

Los profetas del absurdo -Kafka, Camus, Beckett o Ionesco- nos proporcionan claves interpretativas para denunciar el absurdo de hoy. Mientras haya minorías críticas y creativas hay esperanza.

El arte cristiano pasó del simbolismo a la figuración, traduciendo en imágenes la riqueza insondable, espiritual y literaria, de la Biblia. Simbolismo y figuración han de seguir armonizando Palabra e Imagen al servicio del Verbo divino.




 












Comentarios

  1. Para mí ha sido una experiencia intelectual, humana, humanista y espiritual el haber compartido dos días tan intensos con personas que tanto tienen que aportar al pensamiento de hoy, desde perspectivas que no son las habituales y que por ello resultan tan iluminadoras. Además, el espacio del CITES es inigualable. Mi más profundo agradecimiento por haberme llamado para dialogar con Antonio Barnés de lo que más me gusta en la vida: Dios y la poesía.

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  2. Gracias, Jesús. Me llegan también estos comentarios de María José Miranda:

    Mi más sincera felicitación por la calidad de las conferencias impartidas: en el estudio y análisis de la obra de Flannery 0`Connor, Kafka, Albert Camus, Ionesco, Samuel Beckett, etc.. Los ponentes, trazaron un bosquejo biográfico de cada uno de los escritores, contextualizaron su obra a través de pequeñas alusiones al periodo de entreguerras y postguerra, el cual marcó la vida de todos ellos y, por último, ofrecieron también la lectura de breves fragmentos de su obra literaria. También mi más sincera felicitación a la manera de hablar y narrar sobre la intuición poética y su proceso creador, a través de la voz y la poesía de Izara Batres.

    He descubierto en menos de dos días que existen personas inquietas, curiosas, con deseos de aprender, de indagar, de descubrir. Detrás de cada uno de ellos, investigadores concienzudos, escritores y poetas, que a través de la literatura son capaces de seguir abriendo brechas de estudio para ellos mismos, pero, sobre todo, para los demás. Que la Universidad de la Mística, un cercano y apartado rincón de Ávila, sea siempre término para compartir y crecer en experiencia y conocimiento.

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