En una cultura narcisista, ahíta de algoritmos y pulsiones sensoriales, es urgente que el hombre, capaz de Dios, busque las cosas de arriba y deje de mirarse el ombligo

 Dios en la poesía, en qué creen los que no creen, Flannery O`Connor, Izara Batres, Camus, Beckett, Kafka, Ionesco, palabra y arte en la II Cátedra del Diálogo y la Búsqueda: Dios, Literatura y Mundo. En Ávila, 4-5 de junio de 2022.

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¿Dios está presente en la poesía contemporánea?

 

Sí, Dios está presente en la poesía contemporánea. El hombre es un ser en busca de sentido y necesita a Dios. El hombre no puede darse sentido a sí mismo, pues es dependiente, mortal y contingente. La poesía lírica, al ser escasamente venal, es más proclive a la sinceridad. Por ello Dios aflora más en ella, o de un modo más explícito que en otros géneros literarios.

 

¿Qué Dios encontramos en la poesía: el Dios cristiano, el de los filósofos, otros dioses?

 

En la poesía de los países de tradición cristiana el Dios que suele aparecer es el cristiano, único que, por la encarnación del Hijo en Jesucristo, permite el tuteo. El Dios cristiano habla la lengua de los hombres porque también es hombre. De modo que las posibilidades de comunicación entre Dios y el hombre son infinitas.

 

¿En qué lugares ubican los poetas a Dios?

 

En todos los espacios de la naturaleza, de la ciudad, del hogar, del hombre y la mujer, de la vida social, en Jesús de Nazaret.

 

¿Hay que tomar en serio la poesía, o es simple lenguaje emocional?

 

Hay que tomar en serio la poesía porque el lenguaje poético, literario, llega más lejos que el lenguaje lógico o el matemático. Jesús empleó parábolas, metáforas y símbolos, no argumentos filosóficos. Lo cual demuestra que la metáfora y el símbolo llegan más lejos en el conocimiento de Dios y aun del hombre.

 

¿Qué puede aportar la poesía a la búsqueda y encuentro con Dios?


La noción de misterio. La penetración en el misterio. En una cultura narcisista, ahíta de algoritmos y pulsiones sensoriales, es urgente que el hombre, capaz de Dios, busque y saboree las cosas de arriba y deje de mirarse el ombligo. No solo de pan vive el hombre: necesita la palabra de Dios y la del hombre: la poesía.





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