Que el hombre no arrincone la cuestión de Dios, cuestión esencial de su existencia; que acepte la cuestión y la nostalgia que en ella se esconde

 Benedicto XVI: «Tenemos que preocuparnos de que el hombre no arrincone la cuestión de Dios, cuestión esencial de su existencia. Tenemos que preocuparnos de que acepte la cuestión y la nostalgia que en ella se esconde. Me vienen a la mente las palabras que Jesús cita del profeta Isaías, es decir, que el templo debería ser una casa de oración por todos los pueblos (Cf. Isaías 56, 7; Marcos 11, 17). Él pensaba en el llamado patio de los gentiles, que liberó de negocios externos para que se diera el espacio libre para los gentiles que allí querían rezar al único Dios, aunque no pudieran participar en el misterio, a cuyo servicio estaba reservado el interior del templo… Pienso que la Iglesia debería abrir también hoy una especie de «patio de los gentiles», donde los hombres puedan de algún modo engancharse con Dios, sin conocerle y antes de que hayan encontrado el acceso a su misterio, a cuyo servicio se encuentra la vida interior de la Iglesia» (Benedicto XVI  a Curia Romana. 21 dic 2009).




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